👋 Despidiéndonos de nuestra anterior vida
Sábado 29 de junio de 2024. Después de pasar la mañana en casa con los nuevos propietarios, explicándoles cómo funcionaba todo, llegó el momento. Nos despedimos de nuestra antigua vida. Cerramos la puerta de una casa que cualquiera soñaría tener, pero que para nosotros ya no tenía sentido. No sabíamos que en ese momento estábamos a punto de comenzar una serie de problemas vanlife reales que pondrían a prueba todo lo que éramos.
¿Y qué crees que pasó? Que se cayó el estante del baño. Así empezó todo. Aplausos.
La furgoneta estaba llena de trastos. Hicimos la mudanza en modo contrarreloj. Dos semanas antes había vendido mi coche, días antes seguíamos bajando cajas al trastero… Todo fue un caos. Belén estaba agotada, yo me lo tomé a risa, pero nuestras caras eran un poema. Tuvimos que aparcar en la puerta de casa, recolocar todo como si estuviéramos jugando al Tetris con nuestra vida y, como broche final, nos tocaba llevar el “corista” (el otro coche) a casa de mi cuñada.
Dato del destino: mi cuñada vive en Paiporta, justo donde poco después la DANA arrasó con todo. Vidas, viviendas, coches… el nuestro también, junto a nuestra moto. Pero lo importante: la familia está recuperándose de todo. Nosotros, a lo nuestro: empezar nuestra gran aventura.
Tengo la intuición de que el destino queria decirnos algo, jajaja pero no le hicimos ni caso, seguimos a lo nuestro.
😵💫 Primeras paradas, primeras duchas de gasoil, problemas vanlife reales
Decidimos ir a Bronchales a huir del calor valenciano. Y vaya si lo hicimos. Pasamos de 28 °C a 8 °C. Qué maravilla. Aunque el viaje no podía irse sin un momento surrealista: repostando en una gasolinera, el surtidor de diésel decidió ducharnos. Y por si fuera poco, al llenar el depósito de agua, la furgo escupió el agua con tal fuerza que Belén acabó empapada de nuevo. Lloramos de la risa. Colgamos los pantalones lavados a mano fuera, apestando a gasoil, y seguimos camino. A pesar del desastre, nos sentíamos libres.
Bronchales fue una pausa de verdad. Naturaleza, fresquito y la sensación —al menos por un rato— de que la vida sobre ruedas podía tener sentido.
💥Problemas vanlife reales: fugas, fallos y grúas
Peeeero… esa tregua duró poco. Íbamos y veníamos por temas familiares y, en esas vueltas, fuimos descubriendo que todo lo que “se había reparado” era, en realidad, una colección de chapuzas maquilladas. De esos problemas vanlife reales que no te enseñan en Instagram, pero que existen.
Volvió a aparecer una fuga de gas grave. El cajón sobre la nevera alcanzaba los 50 °C porque no había ventilación. Los muebles se deshacían más rápido que nuestras ilusiones. Las fugas de agua seguían. La luz fallaba. Y, como guinda, entraba agua por las claraboyas.
Y por si fuera poco, el filtro del diésel decidió unirse a la fiesta. Brotes de combustible por todas partes. Una de las veces nos dejó tirados. Llamamos a la grúa. ¿Resultado? Cuatro horas en mitad de la nada, a 40 °C, sin sombra y sin respuesta. Gracias, IATI Seguros. Hicimos una publicación y nos contactaron para “solucionarlo”. Nunca más supimos de ellos. Ni un mail. Ni una llamada. Nada. Me arrepiento de no haberles hecho un reel entero en vez de stories sueltas. Pero ya me desquitaré…
💣Decisión firme: basta ya de tantos problemas vanlife reales
Fallos por todas partes: camperización, mecánica, y la aseguradora de moda lavándose las manos como si nada. Llegó el punto en que nos miramos y dijimos: esto no nos va a ganar.
Así que dimos un paso firme: peritamos la furgoneta. Con un mes de uso. El perito alucinó. Literalmente. No entendía cómo alguien podía haber entregado eso. Y con ese informe en mano, demandamos al “camperizador de las maravillas”. El juicio está en camino.
Tomorrowland, diésel y el regreso forzado
Después de eso, llegó el momento de respirar. El viaje anual a Tomorrowland. Dejamos a Dante con los abuelos, y nos fuimos. Camino al aeropuerto hicimos parada en Alicante, en casa de los cracks de @encamperaloloco. ¿Y qué pasó? Pues que el filtro del diésel volvió a fugar. Lo apañamos como pudimos, pasamos una noche increíble con Adolfo y Erika… y nos fuimos al festival con la cabeza en otro sitio.
Al volver, intentamos por fin comenzar nuestra ruta como toca. Fuimos a revisar el filtro, lo cambiaron, todo parecía listo. ¿Y qué pasó apenas llegando a Portugal?
Otra fuga de gas. Sí. Otra. No podíamos más. Estábamos agotados. Hicimos lo que menos queríamos: dar la vuelta. No podíamos seguir con miedo a que todo explotara. Porque electricidad, agua y gas no combinan muy bien cuando vives dentro de una caja de metal.
Volvimos. Una vez más. Ningún camperizador en Valencia se atrevió a tocar semejante desastre, pero dimos con Xavi de VanCraft…
Y la cosa empezaría a mejorar.
Pero eso ya será en la siguiente parte.
Hemos vivido muchos problemas vanlife reales, de esos que te hacen plantearte si esta vida nómada tiene sentido. Pero aún con todo… seguimos.
¿Aún no leíste cómo empezó todo esto? Puedes leer la primera parte de esta historia real.
Y si quieres evitar algunos errores que cometimos, puedes echar un vistazo a esta guía externa sobre errores comunes en campers.
💬 Y tú… ¿qué habrías hecho?¿Crees que son problemas vanlife reales o tonterías fáciles de asumir?
Si hubieses pasado por todo esto… ¿habrías seguido adelante con tus sueños o lo habrías mandado todo a la mierda?
Nosotros seguimos. A veces sin saber por qué. O quizá sí. Pero dime tú… ¿qué habrías hecho?
❓ Preguntas frecuentes sobre problemas reales en Vanlife
¿Es normal tener tantos fallos en una camper recién entregada?
No debería serlo, pero es más habitual de lo que parece. Sobre todo cuando no hay contratos claros ni revisiones previas. Exige siempre garantías.
¿Qué hacer si la aseguradora no responde ante una avería?
Documenta todo, denuncia si es necesario y hazlo público si se lavan las manos. En nuestro caso, la publicación fue lo único que provocó respuesta (temporal).
¿Cómo mantenerse motivado con tantos problemas al empezar?
No romantices la Vanlife. Habrá caos. Pero si lo aceptas como parte del camino y no como un fallo personal, puedes reírte de todo y seguir avanzando.